martes, 4 de mayo de 2010

C/Jose Abascal nº 13

Atrás quedó El Chorizo Loco. Las meriendas y desayunos de Isabel, sus cariños, sus bizcochos y sus montaditos. El mal humor de su hermana Cristina, mientras servía a los clientes. Los cafés a los que me invitaban los chicos del Canal, sus partidas de cartas interminables, sus copazos a media tarde y sus risas. Los viejillos del taller de al lado, que me decían cosas bonitas con mucho arte. Carpio cantándome "mi niña lola" al verme entrar.

Atrás quedó Laura, mi compañera de prácticas. A la que odié y aprendí a querer en menos de 6 meses. Sus historias sobre La Rioja, la c/ Laurel, y su novio.

Atrás quedó un local a pie de calle, donde veía peliculas en youtube cuando no había trabajo. Los bajones de tensión de la luz cuando era navidad. Horas viendo la calle, la gente pasar, niños que pegaban sus manazas en el escaparate para ver los regalitos de bodas. Mi hermana que cruzaba la acera desde la facultad y me contaba que tal le había ido (A veces también Helena). Una mesa ordenada. Clientes a los que dedicar tiempo. Un ordenador viejo y lento.

Atrás quedó un horario de media jornada, que aprovechaba al máximo. Para salir, para vivir.

Hoy tengo más compañeras. Más trabajo, más horas, más cansancio, más ordenadores, más bodas, más sueldo y un señor que me grita.


Atrás quedó un local vacío en la calle Jose Abascal nº13.

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