domingo, 11 de abril de 2010

Me dije...

Mujer: ¿Cuándo vas a volver a utilizar tu cuerpo?, me dije. ¿Cuándo? ¿Cuando esté surcado por arrugas? ¿Cuando te cueste trabajo mover los brazos? ¿Cuando tengas que parar a descansar en mitad de la escalera? ¿Cuando seas una montaña de ropa, arrastrada por el viento del invierno? ¿Cuando te cueste cada vez mas conciliar el sueño y te pases las noches enteras imbécil frente a un programa de televisión? ¿Cuando necesites ayuda para adueñarte de los objetos? ¿Cuándo volverás a utilizar tu cuerpo para amar? ¿Cuando el amor sea para ti solo un ejercicio del recuerdo? ¿Acaso tendrás algún recuerdo del amor? ¿Cuándo volveras a utilizar tu cuerpo para pensar? ¿Cuando seas el mismo libro, y peor, cuando seas la misma página del mismo libro, diez o quince frases, repetidas hasta el hartazgo? ¿Cuándo volverás a utilizar tu cuerpo para creer? ¿Cuando, con la muerte en los bolsillos, pesada como puños de monedas, no hagas otra cosa que rezar como un rumiante, pedir: “Acabemos ya con esto” un día, y al siguiente: “ten piedad, tengo miedo a morir”? ¿Cuándo vas a volver a utilizar tu cuerpo para conocer? Me dije, ¿Cuando los ojos estén cansados, cuando las manos no distingan áspero de suave, cuando todos los olores sean el mismo olor, cuando nada pueda ya resultarte extraño o asombroso? Tus días no pueden haber sido ni un poquito más terribles que los días de cualquiera. Y debes creerme, me dije. Todos tenemos una muerte. Y no pretendas morir en otros, ni nacer en otros. Así que sal ahí afuera y acércate. Aunque medie el abismo y tu cuerpo lo sepa, transgrede. Y hazlo lo mejor que puedas. Y cuando notes que otra vez, vuelves a estar sola, aun entre el tumulto o tus seres queridos, muérete. Muérete; muérete a carcajadas.

Rodrigo Garcia - Matando horas

viernes, 9 de abril de 2010

...and I will try to fix you...

A veces, no podemos arreglar a las personas. Debemos dejarlas que se arreglen solas. Pero el dolor de la impotencia, es mayor que el dolor que nos provoca ver a alguien querido, sufrir.


Ahí perdemos el raciocinio. Aparece la inseguridad y la desconfianza hacia nosotros mismos, al ver, que somos incapaces de arreglar algo, que deberíamos ser capaces de arreglar. Deberíamos ser capaces de liberar a esa persona de ese sufrimiento. No otros, nosotros. Ni el/ella. Yo.


No lo vemos, es subconsciente y podemos llegar a dejar caer esa inseguridad sobre esa persona. Así, solo conseguimos que esa persona, sufra más, por motivos distintos.


Es normal, es natural, lo entiendo.


Francisca preguntó:
- ¿Y que vas a hace ahora, sola?
La mujer:
- Estar sentada en la habitación y no saber que hacer.
(Peter Handke)


Cat Stevens - Sad Lisa. Sub Español

http://www.youtube.com/watch?v=yl5EdB2_MPQ